viernes, 29 de noviembre de 2019

Oración de sanación


ORACIONES DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN, ORACIONES PODEROSAS


Hoy vamos a elevar una oración por ti, por tus necesidades, por esa enfermedad que afecta tu vida, por ese dolor que no te deja continuar, incluso, por esa tristeza y aquellas heridas que no te dejan salir adelante… Hoy vamos a orar por tu vida y le vamos a pedir al Señor, con mucha fe, que te sane, que te limpie y que te haga renacer en su amor por su infinita misericordia.

Dispón tu mente y tu corazón para dirigirte a tu Señor.
Amado Padre, en estos momentos quiero dirigirme a Ti, con un corazón dispuesto, un corazón abierto a recibir tu bendición. Precioso Señor, hoy me dirijo a Ti a través de esta oración, porque quiero poner mi vida en tus manos, pues solo Tú conoces en realidad todo lo que me pasa, todo lo que me sucede, es por ello que con mucha fe y esperanza me acerco a Ti y te pido en primer lugar que sanes mi corazón, que toda tristeza. Que todo rencor, odio y desilusión se aparten de mí para siempre, para que mi corazón lastimado, amado Padre, sea restaurado, sea fortalecido.


Amado Dios, sana mi corazón, mi mente, mi cuerpo, mi alma, mi espíritu y mi vida entera.

Enmienda Tú todas mis heridas, Señor poderoso. Sana mi corazón quebrantado, mi corazón despreciado, que mi corazón, Señor, que ha sido humillado por otros, sea restablecido con tu infinito amor, Padre bueno y eterno. 
Que ese profundo dolor que una vez me fue ocasionado, sea sanado hoy con tu mano victoriosa, mi Señor; que si alguna vez llegué a sentir que no sirvo para nada, que he fracasado, que nadie me valora, recuerde a través de la luz de tu Espíritu Santo paráclito, que Tú has hecho perfectas todas tus cosas, Señor, que Tú todo lo has hecho a imagen y semejanza tuya y por eso hoy yo quiero alabarte y bendecirte y pedirte con un corazón contrito, que me sanes mi Señor.

En estos momentos, bendito Padre, quiero entregarte también cada uno de mis malestares físicos, Señor, las enfermedades de mi cuerpo, aquellos malestares que no puedo controlar, mi Dios, porque estoy convencido de que Tú, mi Señor Todopoderoso, todo lo puedes, pues no hay imposibles para Ti. Porque Tú, Jesús, estás vivo, porque Tú estás obrando en mi vida, porque no hay nadie que tenga tu poder.

Sáname Señor, porque yo sé que no hay dolor ni enfermedad que Tú no puedas curar.


Yo creo que Tu, mi Señor, y con mucha fe deposito mi confianza en tus manos, y sin temor enfrento la enfermedad que estoy atravesando, porque sé que este problema es el medio de manifestación para la gloria de Dios, porque lo que hoy en día es una enfermedad, mañana más tarde será un testimonio de la acción de Dios en mi vida.
Quiero elevar mi oración, Señor por aquellos fuertes dolores que me aquejan, porque yo creo en Ti y sé que si lo sigo haciendo, podré ver tu gloria haciéndose realidad en mi vida. Al final sé que la última palabra la tienes Tú, mi Dios, porque el médico de médicos, el doctor de doctores, eres Tú mi precioso Señor, es por eso que a Ti te entrego el dolor corporal que me aqueja, mi cabeza, mis extremidades, mi cuerpo entero, Señor; mis órganos internos o algo fuera de lo común que me haya sido detectado, yo lo pongo en tus milagrosas manos, Omnipotente Señor, porque sé que Tú, con el fuego de tu Espíritu Santo, podrás sanarme de cualquier mal.

En estos momentos quiero alabarte, mi Señor, porque sé que estás obrando en mi vida, porque sé que me estás sanando en cuerpo y alma, porque creo en Ti, mi bendito Padre y en tu maravilloso poder. A ti te bendigo, excelso Señor, porque el calor del fuego de tu Espíritu Santo recorre mi ser sanando lo que deba ser sanado y reconfortando mi vida y mi corazón, porque yo creo en tus milagros, creo en tus prodigios, y estoy convencido de que eres Tú quien me sanará, Señor, por eso no me canso de pedirte ni me canso de creerte, Santísimo Dios.

Ten fe. No hay herida que Dios no sane, ni problema que Dios no resuelva.
Amado Jesús, Señor de Señores, solo Tú conoces la enfermedad que me aqueja; ya sea cáncer, úlceras, cálculos, problemas reumáticos o musculares, sea cual sea el mal que me aqueje, yo tengo mi confianza bien puesta en Ti, Rey de mi vida, y sé que en estos momentos estás posando tu mano victoriosa en mi organismo, porque todo es posible para aquel que cree en Ti y en tu infinito poder, porque has sido Tú, mi amado Padre, quien resucitó al muerto, hizo caminar al paralítico, hizo ver al ciego e hizo oír al sordo.

Seas Tú, mi incomparable Señor, quien me permita dejar atrás toda postración que me ate a una enfermedad, pues Tú me levantas Señor y me ayudas a ser un testimonio de tu gran poder y de tu gran amor seas Tú quien me permita siempre alabarte y bendecirte, aún en medio de la prueba, porque Tú, mi Dios, estás obrando en este momento.

Hoy te pido que me liberes de todo mal, ya sea que haya sido recién detectado o ya lleve unos años conmigo, Señor, pues sé que el tiempo no importa si yo tengo fe. Sé que estás rompiendo cadenas. Padre bueno yo creo en Ti firmemente y sé que veré tu gloria en medio de mi enfermedad, pues Tú, Rey de Reyes, me sanarás, porque así lo creo, mediante tu Hijo Jesucristo, Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario